María
Mi vocación la tenía clara desde que tenía uso de razón, con seis años decía claramente que quería estudiar arquitectura. En mi familia nadie lo es, pero los largos ratos que pasaba en un estudio amigo de la familia me marcó. Me encantaba dibujar “casas” rodeada de planos.
Mi idea nunca cambió y con 17 años hice las maletas y me fui a Madrid. Sabía que no sería un camino fácil, pero la carrera me apasionaba y pasar noches sin dormir haciendo maquetas para mí, no era un problema. Ahí empezó el germen de esta marca, me di cuenta que ser capaz de hacer físicos mis ideas y proyectos era la mejor manera de contar al mundo lo que pensaba mi cabeza.
Los últimos años de carrera ya empecé a juguetear con las máquinas de corte láser, para gente perfeccionista como yo, se nos abría un universo de posibilidades. Y así fue, al finalizar mi carrera, mi recompensa fue esta, mi propia máquina láser donde poder seguir materializando ideas.